Las calaveritas literarias suelen escribirse en forma de versos cortos, generalmente octavillas, y se utilizan para burlarse de los vivos o incluso de figuras famosas, políticos, celebridades y amigos cercanos, imaginando cómo sería su encuentro con la Muerte. Aunque pueden tener un tono humorístico, su propósito principal es recordar a las personas que todos, sin importar su estatus o fama, eventualmente enfrentarán la muerte.
Estas composiciones a menudo son publicadas en periódicos, revistas y redes sociales durante el período previo al Día de los Muertos, que se celebra el 1 y 2 de noviembre en México. Además de su aspecto humorístico, las calaveritas literarias también son una forma de mantener viva la tradición oral y escrita de la cultura mexicana, transmitiendo mensajes de reflexión sobre la mortalidad y la importancia de apreciar la vida mientras estamos aquí.
Qué son las calaveritas literarias?
Las calaveritas literarias son un tipo de poesía satírica y humorística que se originó en México como parte de las celebraciones del Día de los Muertos. Estas composiciones suelen ser versos cortos que hacen referencia a la muerte de individuos, ya sean figuras públicas o personas comunes, de una manera humorística y burlona. A menudo, se escriben en tono festivo y se utilizan para recordar a los seres queridos que han fallecido, así como para comentar sobre eventos y situaciones actuales de manera sarcástica.
Las calaveritas literarias suelen seguir una estructura específica y a menudo incluyen rimas. Además, a menudo se acompañan de ilustraciones o representaciones gráficas de calaveras, conocidas como «calacas», que son coloridas y decorativas.
Estas composiciones son una parte importante de la tradición mexicana del Día de los Muertos, que es una festividad que honra a los difuntos y celebra la vida de quienes ya no están presentes físicamente. Las calaveritas literarias son una forma lúdica y creativa de mantener viva esta tradición y de reflexionar sobre la muerte de una manera irreverente y alegre.
Imágenes con calaveritas literarias
1. En la tumba del abuelo, hay risas y alboroto,
porque al llegar al cielo, se encontró con su compadre Froto.
2. La Catrina elegante, de blanco se vestía,
pero la muerte no entiende de moda ni de armonía.
3. Don Juan muy galante, a todas cortejaba,
pero la muerte llegó y sus conquistas terminaba.
4. La maestra Dolores, en su salón enseñaba,
pero la parca insistente, a su puerta llamaba.
5. El futbolista famoso, en el estadio brillaba,
pero la muerte en el campo, su partido le ganaba.
6. La cocinera Josefina, platos deliciosos hacía,
pero la muerte a su cocina, un nuevo sabor traía.
7. El político astuto, promesas siempre hacía,
pero la muerte implacable, sus discursos interrumpía.
8. El músico talentoso, su guitarra tocaba,
pero la muerte silente, su melodía apagaba.
9. La enfermera amable, a todos cuidaba,
pero la muerte paciente, su turno la esperaba.
10. El artista pintor, en su lienzo creaba,
pero la muerte en su obra, su firma dejaba.
11. La novia esperando, su boda soñaba,
pero la muerte en el altar, su amor arrebataba.
12. El viajero intrépido, al mundo exploraba,
pero la muerte en su ruta, su camino cruzaba.
13. El científico brillante, secretos desvelaba,
pero la muerte en su laboratorio, lo sorprendía.
14. El payaso alegre, risas provocaba,
pero la muerte en su carcajada, se sumaba.
15. La poetisa inspirada, versos creaba,
pero la muerte en su rima, se revelaba.
16. El astronauta valiente, al espacio volaba,
pero la muerte en el cosmos, lo acechaba.
17. La bibliotecaria tranquila, libros amaba,
pero la muerte entre páginas, se ocultaba.
18. El pescador paciente, peces pescaba,
pero la muerte en su anzuelo, lo atrapaba.
19. El chef renombrado, banquetes preparaba,
pero la muerte en su menú, se infiltraba.
20. La actriz famosa, el escenario conquistaba,
pero la muerte en su última escena, la alcanzaba.
21. El jugador de cartas, en el casino jugaba,
pero la muerte en su partida, lo sorprendía.
22. La bailarina grácil, en el escenario danzaba,
pero la muerte en su vals, la acompañaba.
23. El cirujano hábil, vidas salvaba,
pero la muerte en el quirófano, lo desafiaba.
24. El banquero avaro, su fortuna acumulaba,
pero la muerte en su bóveda, todo se llevaba.
25. La estrella de cine, fama disfrutaba,
pero la muerte en su estreno, la esperaba.
26. El atleta veloz, récords lograba,
pero la muerte en la meta, lo alcanzaba.
27. El astronauta audaz, la luna exploraba,
pero la muerte en la galaxia, lo encontraba.
28. La costurera diestra, vestidos cosía,
pero la muerte en su aguja, se escondía.
29. El dentista experto, sonrisas arreglaba,
pero la muerte en la silla, lo sorprendía.
30. El viajero en crucero, mares surcaba,
pero la muerte en la brisa, lo esperaba.
31. El jardinero apasionado, flores cuidaba,
pero la muerte en el jardín, flores arrancaba.
32. La cantante de ópera, su voz deslumbraba,
pero la muerte en su aria, la acompañaba.
33. El detective sagaz, casos resolvía,
pero la muerte en su misterio, se escondía.
34. El científico loco, experimentos hacía,
pero la muerte en su laboratorio, lo perseguía.
35. El profesor querido, sabiduría compartía,
pero la muerte en su aula, lo interrumpía.
36. El vendedor ambulante, por las calles caminaba,
pero la muerte en su ruta, lo encontraba.
37. La modista talentosa, vestidos diseñaba,
pero la muerte en su tijera, se manifestaba.
38. El mago misterioso, trucos realizaba,
pero la muerte en su chistera, aparecía.
39. El escalador valiente, montañas escalaba,
pero la muerte en la cumbre, lo desafiaba.
40. El reportero intrépido, noticias buscaba,
pero la muerte en la primicia, lo sorprendía.
41. El bombero valeroso, fuegos apagaba,
pero la muerte en las llamas, lo esperaba.
42. La costurera diligente, hilos tejía,
pero la muerte en su labor, se metía.
43. El pizzero experto, pizzas horneaba,
pero la muerte en la masa, se ocultaba.
44. El jugador de ajedrez, partidas ganaba,
pero la muerte en el tablero, lo retaba.
Las mejores y más divertidas calaveritas literarias
45. A la Parca le llegó su hora,
buscaba almas con gran tesón,
pero en mi fiesta de Día de Muertos,
encontró mariachi y canción.
46. Don Juan, el galán insaciable,
a la tumba por fin llegó,
lejos quedaron sus conquistas,
en el más allá, descanso encontró.
47. La Catrina, elegante y esbelta,
de la muerte se rió con gracia,
pero al caer en su propia trampa,
en un esqueleto se convirtió sin traza.
48. El político corrupto y tramposo,
pensaba que siempre se saldría con la suya,
pero la Muerte, con su mirada fría,
dijo: «Aquí no hay trampa que valga, amigo mío».
49. El borracho de la cantina cercana,
siempre brindando con gran alegría,
en la tumba se quedó dormido,
con su botella de tequila todavía.
50. La abuela cocinera, en su cocina eterna,
prepara guisos de sabores sin par,
en el más allá, no hay dieta que valga,
¡la muerte no puede evitar engordar!
51. El científico loco, con sus experimentos,
quería burlar a la muerte, sin cesar,
pero al final, su fórmula secreta,
solo lo hizo explotar y desintegrar.
52. El futbolista veloz y habilidoso,
anotaba goles como un campeón,
pero en el mundo de los muertos,
el balón rodaba sin dirección.
53. Doña Juana, la chismosa del barrio,
ahora murmura desde el más allá,
pero nadie la escucha ni le hace caso,
pues la muerte no la quiere escuchar jamás.
54. El músico famoso y talentoso,
con su guitarra y su voz singular,
sigue tocando en el inframundo,
donde la música nunca deja de sonar.
55. El poeta que escribía versos profundos,
buscaba respuestas en cada rincón,
pero en la tumba solo halló silencio,
y sus rimas quedaron sin conclusión.
56. El gato negro de la vecindad,
siempre cruzando caminos con astucia,
en el más allá, siguió su costumbre,
dando mala suerte con gran malicia.
57. El payaso risueño y pintado,
hacía reír a chicos y grandes,
ahora en el reino de los difuntos,
hace reír a esqueletos errantes.
58. El chef famoso de la alta cocina,
con sus platillos exquisitos y finos,
en el mundo de los espíritus,
cocina almas con condimentos divinos.
59. La maestra querida y respetada,
enseñaba con pasión y dedicación,
en el más allá, sigue educando,
aunque sus alumnos sean de otra dimensión.
60. El surfista intrépido de las olas gigantes,
siempre en busca de la ola perfecta,
ahora cabalga en un mar eterno,
donde cada ola es siempre completa.
61. El vendedor de seguros insistentes,
decía que la muerte era su enemiga,
pero al llegar a su puerta un día,
la Muerte le dijo: «Tu póliza no es efectiva».
62. El jardinero amante de las flores,
cuidaba su jardín con esmero y pasión,
en el reino de los muertos, sus rosas,
nunca pierden su belleza ni su fragancia.
63. El abogado astuto y manipulador,
creía que siempre ganaría el juicio,
pero en el tribunal de la eternidad,
la Muerte dicta sentencia sin perjuicio.
64. El astronauta explorador del espacio,
soñaba con viajar a estrellas lejanas,
en el más allá, flota sin gravedad,
explorando galaxias en sus hazañas.
65. El coleccionista de antigüedades raras,
acumulaba tesoros de gran valor,
en el inframundo, su colección,
sigue creciendo con un encanto superior.
66. El cirujano hábil y experimentado,
en el quirófano era todo un maestro,
en el reino de los espíritus, ahora,
corta hilos de vida con arte certero.
67. El astronauta explorador del espacio,
soñaba con viajar a estrellas lejanas,
en el más allá, flota sin gravedad,
explorando galaxias en sus hazañas.
68. El mago ilusionista de trucos sorprendentes,
hacía desaparecer y aparecer objetos,
en el mundo de los espíritus, ahora,
sus trucos son aún más desconcertantes.
69. El pescador apasionado de las aguas profundas,
buscaba peces gigantes sin descansar,
en el más allá, su caña y anzuelo,
atrapan sombras de seres por pescar.
Calaveritas literarias mexicanas populares
70. En el panteón del olvido,
descansa Don Juan sin cuitas,
le dijo a la parca un día,
«te llevas a todas mis viudas».
71. La Catrina muy coqueta,
se arreglaba con gran esmero,
pero la Muerte implacable,
se la llevó primero.
72. En la tumba de Pepe,
hay silencio y calma,
murió de risa un Día de Muertos,
en pleno chiste de su abuela.
73. La Calaca llegó temprano,
y a mi suegra se llevó,
el panteón está de fiesta,
porque un año más durmió.
74. Don Ramón en su tumba,
descansando está sereno,
pues por fin ha encontrado paz,
sin deberle a ningún vecino.
75. La calaca con su guadaña,
llegó a mi casa sin previo aviso,
pero cuando vio mis deudas,
decidió darme un respiro.
76. En el Día de Muertos,
mi abuelita se apareció,
a comerse sus tamales,
que tanto le gustaron en vida, ¡por Dios!
77. En la tumba de mi jefe,
no hay ni un solo lamento,
porque en vida fue tan amable,
que hasta la Muerte lo respeta.
78. La Catrina y el Catrín,
bailan con alegría y salero,
en el panteón de la esquina,
celebrando su eterno amor sincero.
79. Doña Chole en su tumba,
sigue cocinando sin parar,
el mole y los tamales,
que a todos solía deleitar.
80. La calaca no pudo llevarse,
a Don Toño de la cantina,
porque él se quedó a brindar,
con tequila y con mezcal.
81. El Mariachi del más allá,
con guitarras y trompetas,
hace vibrar el panteón,
con sus rancheras completas.
82. La Catrina en su carruaje,
de flores adornado,
recorre el camposanto,
con elegancia y cuidado.
83. Mi abuelo en el panteón,
juega cartas sin cesar,
con otros difuntos alegres,
sin preocuparse de ganar.
84. En el Día de Muertos,
la ofrenda está preparada,
con calaveritas de azúcar,
y pan de muerto en la mesa, bien decorada.
85. La calaca se llevó al político,
sin hacer mucho escándalo,
ahora en el más allá,
solo promete no robarlo.
86. Doña Juana y su esposo,
en la tumba están abrazados,
demostrando que el amor,
trasciende más allá de los pasados.
87. En el camposanto tranquilo,
los difuntos juegan ajedrez,
planificando estrategias,
en partidas que nunca perderán otra vez.
88. La Catrina y su cortejo,
de calaveras elegantes,
danzan al ritmo de la muerte,
entre risas y lamentos.
89. En el Día de Muertos,
las almas regresan con gusto,
para disfrutar de los altares,
que sus seres queridos les han puesto.
90. La calaca en su bicicleta,
pedalea con gran destreza,
llevándose a los difuntos,
sin prisa y con firmeza.
91. Mi abuela en el más allá,
sigue tejiendo su suéter,
con lana de araña,
para el invierno que no podrá vencer.
92. La Catrina en su sombrero,
de plumas y colores,
desfila con elegancia,
entre cantos y clamores.
93. En el panteón hay fiesta,
con música y alegría,
porque en el Día de Muertos,
la muerte es solo poesía.
94. Al final de la vida,
solo queda el recuerdo,
en el Día de Muertos,
celebramos lo que fuimos y somos sin miedo.