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Refranes y dichos para reflexionar sobre la vida (Frases + Imágenes)

Los refranes y dichos son condensaciones de sabidurías populares, maneras que se trasladan de generación en generación y que muchas veces adquieren una naturaleza de verdad. A continuación, en sintonía, te presentamos los mejores refranes para reflexionar sobre la vida con imágenes. 

Refranes para reflexionar sobre la vida

  • A quien madruga Dios lo ayuda. 

Refrán histórico que recalca que la persona diligente, la que trabaja mucho y bien, suele cumplir sus objetivos o metas.

  • El saber no ocupa lugar. 

Una afirmación que proviene de la importancia de aprender, de la necesidad que tiene el ser humano, como forma de progreso, de ir adquiriendo nuevos conocimientos. El camino contrario no es positivo. Hay que decir que semejante refrán también iba asociado a un sentido menos figurado, como el hecho de que los sitios por antonomasia en donde la sabiduría se encontraba eran los libros.

  • Haciendo y deshaciendo, se va aprendiendo. 

Hermoso dicho que recalca que el camino del aprendizaje, por lo menos en el ser humano, suele ser tortuoso, tiene idas y vueltas, altibajos y, por supuesto, está alejado a una sabiduría que se diera de una vez, inmediata, y por siempre. Aprender es un ejercicio que requiere esfuerzo, paciencia y una fuerte comprensión de los errores como algo indispensable en el proceso.

  • Al que mal vive, el miedo le sigue. 

Un dicho histórico que recalca que solo puede tener temor el que actúa mal, el que ha dañado a otros en un sentido material o ya en el sentido moral y hasta religioso, haciendo caso omiso, por ejemplo, a las enseñanzas de un Dios. De hecho, el miedo es un índice, casi como una culpa, de lo mal que actuamos en el pasado.

  • Antes que acabes, no te alabes. 

La felicitación, incluso la adulación, debe venir siempre necesariamente cuando estés en el final, cuando el producto o la tarea haya sido realizada; ya que nunca se sabe qué puede suceder, cómo se pueden modificar los resultados. Ni hablar si semejante lisonja proviene de uno mismo. Es un dicho muy emparentado con ese que dice «que no hay que cantar victoria antes del final».

  • Quien no se aventura, no pasa la mar. 

En la vida, para crecer, progresar, necesariamente hay que tomar riesgos, aventurarse, desafiarse. Eso es lo que se recalca, caso proveniente del gremio de los marineros, semejante refrán. Este dicho anima a quien lo recibe a que vaya un poco más allá del miedo.

  • A mal paso darle prisa. 

Refrán bastante pragmático que deja en claro que, si bien no hay que hacerlo mal, lo que no gusta debe ser llevado adelante con prisa, así podemos gozar de más tiempo para lo que sí agrada o se disfruta.

  • A la vejez viruela. 

Propio de las personas que ya con avanzada edad hacen actividades que no se remiten a semejante franja etaria; fingen una juventud que ya se ha extinguido de manera irremediable.

  • A palo Dado ni Dios lo quita. 

El pasado es irremediable, irreversible, por ende, lo que está hecho, hecho está, a tal punto que ni siquiera una divinidad puede modificarlo.

  • Amigo reconciliado, enemigo agazapado. 

Si una vieja discusión, algún problema o entuerto separó a la persona de un amigo, siempre tiene que tener cuidado cuando se produce una reconciliación. El refrán no dice que necesariamente puede salir mal, pero aclara que tal vez esos mismos odios que en algún momento emergieron todavía no se fueron y pueden perdurar en el momento de supuesta amistad.

  • A caballo regalado, no se le ve los dientes.

Ante todo lo que es regalado, lo que goza de gratuidad, no se le debe ver mácula alguna.

  • Con la vara que midas serás medido.

La persona debe tener cuidado el criterio para juzgar a los demás, porque tal vez puede ser medido o tratado él mismo de la misma forma.

Imágenes con frases para reflexionar sobre la vida

Dichos populares para reflexionar sobre la vida

  • Vísteme despacio, que tengo prisa. 

Un refrán antiguo, asociado a la figura de Napoleón, el cual remarca que si se hacen las cosas con apuro suelen salir mal. Lo mejor es tomarse todo con calma, ya que el resultado seguramente será más óptimo de esa manera.

  • A gran salto, gran quebranto. 

Si se quiere es un refrán de moderación, ya que remarca, en sentido negativo, que a veces las grandes aspiraciones o las pretensiones desproporcionadas pueden generar ruinas muy nefastas.

  • A la fuerza, ni los zapatos entran.

Todo debe hacerse con tranquilidad, de manera espontánea no forzando, ya que de lo contrario el resultado nunca será positivo, tanto como intentar ponerse un zapato.

  • Cada persona es dueña de sus silencios y esclava de sus palabras.

Las palabras, necesariamente, implican, al pronunciarla, un posicionamiento, lo cual trae consecuencias a veces negativas. En cambio, el silencio es soberano, ya que no indica nada, no habla infructuosamente: es la divinidad del no hacer, por decirlo de un modo.

  • Después de la tempestad viene la calma. 

Un refrán claro y de muchos años que resalta que pueden existir momentos y coyunturas negativas, pero no pueden durar por siempre. Por lo tanto, si la misma persona no hace algo para modificar la realidad, la misma realidad se modifica a sí misma (hay que saber esperar).

  • Como crecieron los honores, me crecieron los dolores. 

Fantástico dicho que expresa las dificultades y complejidades que casi siempre conlleva el poder. Si hay honores hay dolores; por lo tanto, tal vez, una vida más tranquila en cuanto a fama o el mismo dinero, puede ser algo muy recomendable.

  • En cada tierra, su uso; y en cada casa, su costumbre. 

Un dicho que nos cuenta del relativismo de los valores, de cómo a veces lo considerado bueno para mí o malo no necesariamente sucede para el otro. Hay tantos valores y maneras como estrellas en el firmamento.

  • Árbol que nace torcido jamás su tronco endereza. 

La esencia o naturaleza de la persona no se puede modificar (o, por lo menos, es muy difícil de hacerlo), por lo tanto, quien nace con valores negativos y acciones de la misma índole no suele modificarse con el paso del tiempo.

  • Buey viejo, surco derecho. 

El aprendizaje de las cosas conlleva años, ergo, una persona mayor posee mucha experiencia para realizar sus labores, por lo menos, de manera correcta.

  • Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. 

La sinceridad en la ebriedad y la inocencia en la niñez da como resultado anunciar la verdad. Una cualidad que se pierde en el adulto.

  • Del dicho al hecho, hay un gran trecho. 

Prometer, anunciar, afirmar simplemente con palabras o en discurso puede ser muy sencillo; pero convertir semejantes vocablos en realidad fáctica, en un hecho posible, siempre es muy complicado.

  • Más sabe el diablo por viejo que por diablo. 

Con el paso de los años vamos adquiriendo una mayor sabiduría.

 

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